Listas para recordar las listas
Poco se habla de la memoria menguada que nos dejan los embarazos.
No se si los vuestros han vuelto a ser los mismos, pero a mi cada embarazo me deja un poquito menos cuerda.
Bastaría con decir que a veces no recuerdo los años que tengo, y tengo que hacer cuentas a partir del año en el que nací (por suerte de eso sí que me acuerdo)
Por supuesto lo que sí que recuerdo son los años que tienen mis hijas, y no sólo eso, también la hora exacta en la que nacieron. Del peso que tuvieron y sus medidas flojeo un poco, suelo redondearlo a las 3 kg, no le pidáis peras al olmo, pero para cualquier lapsus está papadesquiciado, que él sí que lo recuerda a la perfección (se nota que no ha tenido que sufrir esas montañas rusas de hormonas y a dormido mejor que yo estos casi 7 años)
Imagino que ahora nuestro cerebro sólo admite cosas que tengan que ver con niños, y para eso deben olvidar otras menos importantes, como todo lo que tenga que ver contigo misma, por ejemplo.
Al principio no lo aceptas del todo y vas por el mundo como pollo sin cabeza.
Cuando te olvidas de que ese día tenías revisión del pediatra (sí, me ha pasado) te empiezas a oler la tostada.
Cuando vas avergonzada al ambulatorio a pedir otra fecha, porque ayer se te pasó, y ves que no te miran ni un poquito raro, ni hay resquemorcillo en el ambiente empiezas a verlo claro: No eres la única, hay muchas como tú. Sigues siendo ¨normal¨.
Así que decides dar el primer paso: colgar en la nevera BIEN a la vista el papelito con la fecha y hora, y ponerte una alarma con un texto bien largo en el que escribes de que se trata (pediatra de X), la hora (12.39h), el motivo (revisión y vacunas de los X meses), lugar (ambulatorio de -RELLENA CON EL NOMBRE DEL CENTRO-), planta (1ª), puerta (10) y a veces incluso escribes el nombre de la enfermera y del/la pediatra, por lo que pueda pasar con tu cerebro en el momento de la visita. Nunca podemos estamos seguras de nuestras mentes ya.
Podría darse el caso de que se te olvidasen a menudo los zapatos de tu peque en casa, porque hace calor y en el carro siempre va descalza (sí, me ha pasado. Sí, MUCHAS VECES) Es más, doy gracias de que siempre llevaba algún calcetín extra por error, por suerte o por obra de una madre previsora (NO, ni de broma, de previsora nada, probablemente porque mi cerebro no recordaba si había metido calcetines en la bolsa del carro y siempre metía alguno más por si acaso)
Así que algunas veces (muchas veces) Minilapagirl ha ido sin zapatos, pero con tres o cuatro pares de calcetines, unos encima de otros.
Tengo prueba gráfica que os adjunto, para que veáis que no os engaño:

Ahí ya empiezas a buscar maneras de sobrevivir y que sobrevivan tus pobres descendientes. Así que dejas siempre unos zapatos en la cesta del carro (que si nadie saca todo irá bien, y os aviso de que... SÍ, los sacan, y a menudo) y las llaves en el bolso nada más abrir la puerta de casa.
Ahora ya jugamos con el ensayo error. Vuelves a olvidar un médico o una cita importante y entonces te haces a la idea de poner dos alarmas en el móvil: La que ya tenías puesta el mismo día y otra el día anterior con la misma información pero poniendo delante: MAÑANA (no sea que te presentes hoy, que tú eres capaz de eso y más)
No te avergüences si tienes que ponerte más alarmas días anteriores (sí, yo también lo he hecho)
Luego están las listas para todo. Antes hacías las maletas a lo loco, meto esto y esto y esto, y no se te solía olvidar NADA, o casi nada (De hecho siempre llevabas por si acasos en exceso) Ahora haces la lista, y una lista de la lista. Y a veces te pones una alarma en la que pone: "recuerda mirar la lista. Está pegada a la nevera, al lado de la cita para el médico"
Por supuesto ya no puedes salir sin una lista de la compra, porque si quieres comprar lechuga, galletas y yogures y sales sin lista, aunque vayas todo el camino repitiendo lechuga, galletas y yogures, volverás con maíz, desodorante, jamón y palitos. Y oye, estarás súper convencida de que lo que necesitabas era eso hasta que quieras hacer una ensalada o las niñas te pidan unas galletas.
Y ojo, ¡Eso no es lo peor que te puede pasar! Lo peor es llegar al súper, saber que ya no recuerdas lo que necesitabas, y coger de todo por si acaso. Y así nuestra memoria se convierte en una ruina económica poco a poco y sin que nos demos cuenta.
Y en ese punto ya nos encontramos haciendo listas de TODO (incluso listas para recordar las listas, listas de las tareas que debemos hacer durante la semana) y sin dejar ni un día en el calendario del móvil sin un recordatorio, que parece que tengas más citas y más planes que cuando eras joven y tenías memoria (porque no tenías hijos, claro)
Y los huecos libres los ocupan los recordatorios de las citas y los recordatorios de los recordatorios, igual de importantes.
Y a todo esto el otro día me di cuenta de la dependencia que tengo a las listas, y a las listas de las listas, cuando Minilapagirl me pidió que le escribiese una lista de cosas importantes.
No me lo pidió exactamente así, que tiene 2 años y medio, claro, pero sí que fue algo así como: Me trajo un boli y un papel y me dijo ¨Cribe digo yo¨.
Es esta:

Deduzco que la lista es de cosas importantes porque aparecemos tata, papá, mamá, yayo, yaya, abu, la yayi Marina (su bisabuela). Hasta ahí todo es normal.
No está mal tampoco que quiera que aparezca en su lista Cloe y Cuquín, son sus dibujos preferidos.
Tiene incluso sentido que quisiese poner el tete (su chupete) y que se asegurase de que detrás pusiese YA, porque el tete lo quería ya, y en su lista debía aparecer así.
Lo del agua también está bien. También se aseguró que después escribiese un FRÍA, porque el agua le gusta fría, lo demás no es agua ni es nada ¨Abua fía mamá, ¡fía! Cribe fía¨ Y yo lo escribí, por supuesto.
El parque está dentro de la normalidad absoluta, son de las cosas más importantes, el parque. Y el reloj también, le gusta mucho ponerse el mío.
Del mando mando no se que deciros... Sí, se refería al mando de la tele...
Pero... ¿Señor? Es decir... ¿Qué señor y porqué? No me quiso aclarar mucho, solo dijo que escribiese también ¨señó¨. Si averiguo a quien se refería os informaré.
También me he dado cuenta de que ella no dibuja la mayoría de veces, tan solo hace ver que escribe.
Así que como soy una enganchada a las listas, y no creo que pudiésemos sobrevivir sin ellas, voy a empezar a hacerlas un poquito más discretamente, igual así empieza a hacer garabatos, que es lo que tocaría a su edad.
Pero las listas no las dejo, que sino no recordaría ni como me llamo muchas veces.
¿Y a vosotras os pasa lo mismo? ¿Vuestro cerebro ha vuelto a la normalidad o sigue un poco preñado? ¿Tenéis tácticas para recordar las cosas?
Hijotada de hoy:
-Está lloviendo un huevo
-A hevo no, papá, ¡ABUA!
¡Hasta la próxima, amiguitas!