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Problemas del primer mundo: llegar a casa con un bebé

¡Hola amiguitas!

¿Sabéis aquello de que las mujeres sufren cambios hormonales durante el embarazo, al dar a luz, cuando dejas de lactar, y en tantos otros momentos de la vida y la maternidad, y sin maternidad?

Pues bien, ¿Qué pensaríais si os dijera que los hombres también, o que por lo menos ellos así lo creen? Yo no tengo ni idea del mundo hormonal, solo se que mi cuerpo y mi mente sufre cambios en algún momento, y de repente volvemos a "la normalidad" (sí, ahí están las comillas, porque la que no es muy normal como yo vuelve a su propia normalidad, no a la que se estima que sería la adecuada) pero solo en algunas cosas, otras quedan ahí para siempre.

Por ejemplo, eso de la sensibilidad... Eso a mi se me ha quedado para siempre (menuda M de las gordas) ¿Cómo puede ser que antes del embarazo no soltase ni una lágrima y después no pueda dejar de llorar por prácticamente todo?

Recuerdo mi primer momentazo de llanto desconsolado, cuando llamé a papádesquiciado por teléfono sollozando y con un disgusto enorme... Él asustado preguntando qué pasaba, y yo solo atiné a decir que había visto un vídeo en el explicaban que había gente que mataba a los delfines... Que por una parte es un motivo más que sobrado para llorar, pero yo antes simplemente me indignaba, después de ese momento se abrió la veda y ahora me llevo unos disgustos increíbles, por todo, si sale un bebé o un perrito monísimo haciendo tonterías también lloro... Mi vida es una constante pregunta: ¿Me atrevo a ver este vídeo o no? ¿cuántas veces lloraré hoy?

Otra de las cosas que no ha cambiado son los dos numerazos extras de pie que me han quedado, porque los pies, a veces, crecen en el embarazo, y yo me he llevado un número en cada embarazo, y unos cuantos kilos de más también, pero de eso de los kilos os hablaré en el próximo post, ¡Así que estad atentas!

Pues bien, he pasado en 5 años de un 38 a un 39,5... Y digo 39,5 por no decir 40 ¿A vosotras os ha crecido el pie? Si la respuesta es no, ¡qué suerte tenéis jodías!

Lo de la memoria y la cabeza loca tampoco ha vuelto al "antes de", sigue estando bastante afectada... Poco a poco voy reteniendo algo más, pero ya no puedo recordar las fechas y horas de los médicos, ni cumpleaños, ni la lista de la compra, ni muchas otras cosas que ahora tengo que apuntar como mil notas en el móvil, mil notas en la nevera y mil notas en la agenda... Las notas son mi comodín de la memoria ¡ Y pobre de mi que no lo apunte todo! Si no tengo mi nota para ir a comprar voy todo el camino repitiendo como una loca:

- papel wc, pasta, mayonesa, tomate y cereales...- ¿Adivináis qué es lo que pasa? Pues eso, que llego al súper y ya se ha olvidado la mitad de la lista, y lo peor es que se que se me está olvidando algo, así que cojo otras cosas pensando que podría ser eso, y llego a casa con: servilletas, arroz, ketchup, tomate, chocolate y pasta de dientes... Así que durante esa noche y hasta el día siguiente podéis imaginar con que nos limpiamos el culete, y si es domingo hasta el lunes hay unas servilletas en el baño haciendo un trabajo para el que no fueron creadas. ¿Lo peor de esto? Que no me da ninguna vergüenza que, si vienen visitas, utilicen el rollo de servilletas sin van al baño.

Ahora, con minilapagirl en casa y un nombre más que recordar, llamo a mis hijas como a nuestra perra, porque sí, también tenemos una perra que es más un caballo, su alias es "la perrabasurillas" porque tal es su ansiedad por la comida que tenemos un seguro en la puerta de la basura, y no por las niñas... un seguro que debemos ir cambiando ya que la perrabasurillas es una auténtica experta en abrir la puerta de la basura cueste lo que cueste. También llamo a la perra como a nuestras hijas, ¡Y a veces incluso me enfado si no me obedece!

Pero bueno, como os comentaba, la cosa ha mejorado, ya no me quedo esperando media hora enfrente del caldo preguntándome por qué narices no hierve, hasta darme cuenta de que no he encendido el fuego, ya recuerdo mi edad, ya no tengo que tener apuntado el horario de salidas del cole de absorvigirl para no ir media hora antes o después a buscarla por qué simplemente no recuerdo con exactitud cuando debo de ir a recogerla, y lo que más sacaba de sus casillas a papádesquiciado: ya no me tiro una hora delante de la nevera de los lácteos como una loca sin saber muy bien que yogures comprar.

Podría tirarme una semana entera hablando de mi cabeza de preñi, y de mi cabeza después de preñi (ésta la iréis intuyendo, sin duda) Pero de lo que yo quería hablar era del cambio hormonal masculino - o lo que ellos se creen ( se llama así, tal cual, con guión incluido) Resulta que cuando llegamos del hospital con minilapagirl ( con absorvigirl fue totalmente diferente) papádesquiciado realmente creía que había sido él el que había dado a luz... Estaba saturado, amargado, con subidones y bajones de humor, y hablando de lo cansado que era el parto, el postparto, los días en el hospital, de no dormir, problemas de la lactancia y cambios en general... Yo le decía que no tuviera morro, que la que tenía puntos ahí abajo y grietas en los pezones era yo, me lo imaginaba a él en mi situación y me entraba la risa. La verdad es que me encontraba bastante fuerte pero, aunque los dos primeros días mantuve la calma, ya que es algo duro para la familia en general, al final se me acabaron inflando bastante las narices.

Evidentemente, y como era previsible en mi, una noche (que raro que hubiese aguantado tanto) me dio un brote de esos, una mala pasada de esas que te juegan las hormonas y caí en el abismo. De repente minilapagirl regurgitó un poco más de lo normal y a mi me entró el pánico (el pánico de los virus del cole de absorvigirl) y empecé a desvariar... Yo iba a salir ya a las 2 de la mañana corriendo a urgencias llorando, soltando mil y una gilipolleces que ahora pienso y digo: ¡madre mía, qué loca que estaba!

Acabé con un ataque de ansiedad respirando con la cabeza fuera de la ventana (literalmente, que menos mal que a esas horas pocos vecinos estaban mirando por la ventana...) y de lo único que tenía ganas era de hacer la maleta muy rápido y salir echando leches de allí. Ese fue el momento de inflexión, el momento en el que papádesquiciado se dio cuenta de que debía poner en su sitio a esas hormonas, existiesen o no, o yo me caía con todo el equipo.

Entonces soltó su retahíla de palabras reconfortantes y decidió darle coherencia a la situación y poner el lado cuerdo a la pareja, que hasta ese momento iba, venía y se esfumaba de mi cabeza postparto. Esa noche fue un antes y un después, y entonces los dos entendimos que los cambios físicos y hormonales solo me afectaban a mi, pero los cambios familiares, los cambios de vida, eran algo en común, y esos eran igual de duros, solo debemos apoyarnos y entendernos, ¡o por lo menos intentarlo!

No os penséis que llegando a esa conclusión en mi casa estamos exentos de discusiones y somos la pareja perfecta, ¡porque nada más lejos de la realidad! Sigo pensando que se comportó como un auténtico pedorro cuando se apropió hasta de lo que no le tocaba del parto y postparto, ¡Esas quejas eran mías! ¡Nunca te metas con una mujer que lleva días sin dormir!

Así que amiguitas, la conclusión es que no cojáis la maleta, y si a vuestras parejas no les da el ataque de cordura que a vosotras os falta en ese momento, sacudirlos, a ver si les hace contacto "la hormona"

¿Cómo fue vuestra cabeza de embarazada? ¿Tuvisteis muchos problemas de memoria? ¿Y vuestras parejas sufrieron un cambio hormonal masculino - o lo que ellos se creen? Y en el caso de que vuestra pareja sea una chica, ¿Ellas también sufren cambio hormonal sin embarazo?

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Hijotada de hoy:

Cuando vamos a la piscina absorvigirl se sube a mi espalda y jugamos al: "toro mecánico", podéis imaginar de que se trata... Doy saltos y me dan espasmos mientras grito: ¡Toro mecánico! Hasta que ella cae al agua. Ese era el nombre del juego, hasta que ella gritó: ¡¡Burro tornillo!! En ese momento casi me ahogo de la risa... Ahora ya ningún toro es lo que era...

¡Hasta otra amiguitas!

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