Primeras veces: Aprender a montar en bicicleta
Hoy estaba recordando aquellas primeras veces de Absorbigirl, las primeras caídas, los primeros viajes, la primera vez que ven la playa, las primeras veces en la piscina hasta que aprendió a nadar solita (fue autodidacta como yo, que un día casi me ahogo y desde entonces aquello de que me obligasen a meterme en el agua no lo llevaba bien, pero eso ya os lo explicaré otro día) o cuando aprendió a montar en bici.
Y de esa precisamente vengo a hablaros hoy, de esos primeros momentos en los que se dejan atrás los ruedines y nuestros peques se hacen un poco más mayores e independientes.

Debo decir que cuando se decidió a sacarse los ruedines y aprender por fin a montar en bici creímos que jamás lo conseguiría, más que por su comprobado patosismo, porque tenía un miedo atroz a que la soltáramos para que rodara sola.
Hay niños que son más echados pa' lante (como Minilapagirl) y hay a otros a los que les cuesta más.
En esta segunda categoría entra Absorbigirl, ella ocupa el primer o segundo puesto mundial, y no es que critique esto, para nada, cada uno es como es y además ella intenta superarse cada día y dejar esos miedos atrás, pero si lo es se dice y PUNTO.
No hace falta que os explique mucho sobre esto, porque seguro que la mayoría lo habéis vivido:
- Vale, vamos mamá, pero no me sueltes ¿Eh?
- No te suelto
- Lo prometes
- Sí
- ¿Me has soltado?
- No
- ¿Estás segura que no me has soltado?
Aquí hay dos tipos de padres: Los mamones que los sueltan y los que no.
Os explicaré una cosa: Si esa última pregunta no obtiene respuesta porque a esa niña o niño le ha tocado un progenitor mamón, se acabará estampando en ese mismo instante.
De eso no hay duda y no falla nunca, ellos van genial hasta que se dan cuenta de que no estás ahí sujetando el sillín. En ese momento pierden mágicamente el equilibrio, y si no lo pierden, se tiran en plancha.
Ahora os daré un dato que os sorprenderá: Todos los padres hemos sido mamones alguna vez, esto es así aquí y en Pequín.
Recuerdo la primera vez que fui madre mamona (aunque a medias) Me aseguré un millón de veces durante algunos días de que aguantaba bien el equilibrio y, simplemente, solté el sillín manteniéndome a su lado (menudas carreras nos hemos pegado).
Quiero que sepáis que este método tampoco funciona, en cuanto notó que no la agarraba le importó un carajo que fuese a su lado corriendo con la lengua fuera, ella me miró con cara de "ya te vale madre, me has engañado" y empezó a desviarse imparable e irremediablemente contra una cerca, donde acabó estampada. Lo siento, no llegué a cogerla.
Creí que Absorbigirl nunca me lo perdonaría, pero sí lo hizo. Siempre lo hacen, pobrecitos...
En pocos días estaba pedaleando veloz y orgullosa de su gran esfuerzo (en el mío nadie pensó, corriendo durante días como una tonta al lado de una bici mientras agarraba un sillín de una niña que se negaba a que lo soltara, aunque ya iba completamente sola)

Y llegó el día: Ese día en el que tiene tan perfeccionada la técnica que papá y tú decidís coger los tres la bici e ir a dar una vuelta.
Nunca sabes que pasará, tan solo esperas que vaya bien y que no hayan sobresaltos, no quieres que la bicicleta quede aparcada por siempre jamás. Pero los hay... siempre los hay...
Esa primera ruta acabó con Absorbigirl rodando por el suelo, sin que nosotros entendiésemos como, cuando, donde, ni porqué.
Juro que la niña estaba perfectamente, rodando feliz y contenta y, de repente, ya NO. Pero no había causa aparente para esa caída... o eso parecía...
- ¿Qué ha pasado, cariño? ¿Cómo te has caído? ¿Has perdido el equilibrio? ¿Una piedra? ¿Qué?
- (Ella llorando desesperada) ¡¡NOOOOOOO!! ¡Ha sido porque he soltado las manos!
- ¿Cómo? ¿Pero porqué has soltado las manos del manillar?
- Mi amigo me dijo que cuando supiese ir en bici podría ir sin manos en el manillar. ¡No lo entiendo! ¡Yo ya se ir en bici y me he caído! ¡Debería de poder hacerlo! ¡Me lo dijo mi amigo!
Pues sí, los niños se lo creen TODO, o CASI TODO...
Aún y así volvimos a salir de ruta, y esta vez la cosa fue algo diferente...
Del creador de "voy paseando con la bici y acabo abrazado a un árbol" (sí, ha pasado, y en mi familia. En concreto a mi hermano el Frikigames, que era un experto en acabar abrazado a un árbol, a una farola o metido de cabeza en una papelera. SÍ, también ha pasado) llega: "voy tan feliz con mi bici y acabo incrustada en las partes nobles de un señor random".
Pues sí, eso mismo... Acabó envistiendo a un señor con su bici, y no de cualquier manera, no. Dejó al pobre hombre sin descendencia de por vida y cagándose en toda nuestra familia y antepasados.
Ahí ya pensé que nunca jamás querría volver a coger la bicicleta, pero sí, aún hubieron más rutas y de momento seguimos adelante con sus pros y sus contras.
¿Y vosotros sois progenitores mamones? (Si la respuesta es NO, que sepáis que no me lo creo. Si no lo habéis sido lo seréis) ¿Vuestros peques aprendieron a ir en bici sin incidentes? ¿Les costó o se lanzaron pronto?
Hijotada del día:
- Lo que tienes que hacer es obedecer
- Ya lo hago
- No, no lo estás haciendo
- Ahora no, pero sí obedezco algunas veces
¡Hasta la próxima amiguitas!