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Regalos mierder

Hay regalos y regalos. Los hay buenos, los hay menos buenos, los hay reguleras, malos y ya por último los peores: los regalos mierder.


En esta casa hay un experto en regalos mierder, y no soy yo. Por estos lares le suelen llamar papá.


De todos los maridos que me podían tocar, me ha tocado este, el especialista en este tipo de regalos.


No os penséis que es fácil hacerlos, ¿eh? Se necesita constancia y práctica, es una mezcla entre ser un detallista desastroso y escuchar con los huevos lo que el resto te dice que quiere.



Si son de mi marido, todos estos regalos son mierder

Os aseguro que me esfuerzo mucho porque esto cambie, ¿eh? Pero cuando el esfuerzo solo llega por un lado no hay nada que hacer, amiguitas.


Cuando se acerca alguna fecha importante me dedico a decirle: "¡mira que bonito esto!" "¡Cómo me gustaría tener aquello!" "¡Ala! ¡Han sacado esta cucada!"


No os creáis que escaseo en esfuerzos: le mando capturas por whatsapp y enlaces aunque él esté en una punta del sofá y yo en otra: "Mira lo que te he mandado, ¡Me encanta!"

¿Sabéis incluso que hago a veces? Hacer una búsqueda de lo que quiero con su móvil, porque ya sabéis que los teléfonos inteligentes nos espían, y después le sale publicidad de lo que le he buscado por todos lados.



El teléfono de papadesquiciado arde en épocas de regalar



Si vamos por la calle y pasamos por alguna tienda le señalo lo que me gusta en los escaparates, o le hago entrar mientras le enseño talla, color, sitio, olor, forma y todo lo demás, no haya ningún tipo de duda sobre lo que quiero o me gusta.


Y bueno, este esfuerzo da sus frutos, sí, pero... Al revés.


Recuerdo cuando en mi primer día de la madre le hablé sin cesar de unas pulseritas monísimas que llevaban el nombre de la peque, una maravilla maravillosa... Yo creí que lo había hecho bien, que mi información le había tenido que llegar por narices, porque utilicé el machaqueo máximo, y los mil y un canales restantes.

Me acuerdo que me pidió una foto: pásame una foto de ti misma que te guste mucho mucho... Y yo, que soy una ilusa, pensé: ay mira, que me va a hacer un marco o algo así... Y busqué una foto donde salía monísima de la vida, delgadísima, peinada, joven y preciosa.

Debéis saber que yo soy rubia, pero en esa foto llevaba teñido el pelo de negro.

Le pregunté: "¿pasa algo si en esa foto salgo con el pelo negro? Porque ya no lo llevo así y depende de para lo que sea pues no soy del todo yo" “Noooo, nada, está bien“ me contestó.

Pensé que la foto sería una parte irrelevante de mi regalo, que la pulsera sería lo principal y después pues una sorpresita con mi foto.

En esos tiempos aún era joven e inocente...


Llegó el día y, bueno... Me regaló una fofucha horrorosa. Una fofucha horrorosa con un bebé en brazos un poco raro y con EL PELO NEGRO.


O sea... Casi me da un ataque. Mi cara debió de ser un poema...

Sobra deciros que no, no había pulsera por ningún lado.


Aún recuerdo que mi disgusto fue tan tan grande que él mismo se fue a comprar gomaespuma amarilla y rehizo por su cuenta el pelo... De morena a rubia pollo en un pis pás.

¡Ay! ¡Si esa energía la hubiese utilizado para escucharme!


Os podría también hablar de mi segundo regalo del día de la madre: seguía queriendo mi pulsera, o un collar preciosísimo donde se leía: "mamá"

Y bueno, esta vez me escuchó a medias.


Me regaló un collar, sí, pero era un collar mega cortito con una muñequita horrorosa y enana. Casi lloro.


Pero ojo, el premio al mejor regalo mierder no se lo lleva papadesquiciado (aunque hace méritos todos los años) se lo llevan mis padres y mis hermanos por el regalo-vale de 30 cumpleaños.


Ese papelujo donde ponía: "Vale por un fin de semana donde tu elijas" Y que nunca me regalaron.

Creo que mi regalo fue que se pusiesen de acuerdo con regalarme algo entre todos y escribirlo en un papel.

Parece ser que con la intención bastaba y sobraba. No se porque soy tan egoísta de esperar mi fin de semana donde yo elija.



-¿Tu crees que es un buen regalo? -Fantástico, échale una firmita

En fin... Que como tengo pavor a los regalos mierder que nos dejan un dolorcillo en el corazón y una decepción que dura días, ahora me dedico a decirle a papadesquiciado EXACTAMENTE lo que quiero: "QUIERO ESTO QUE TE VOY A MANDAR, EN TAL TALLA, EN TAL COLOR Y PARA TAL FECHA"


Aún y así a veces no llega lo que quiero, bien porque se duerme en los laureles (casi siempre) y después de recordarle mil veces que debe cogerlo, se le enciende la lucecita, pero tarde y ya no queda, o porque cree que otra cosa es mejor, o porque le he pedido dos cosas y se olvida de una, o porque ciertamente mi marido tiene un chíS en el cerebro que hace que me ignore cuando de regalos se trata.


La verdad es que de vez en cuando me gustaría relajarme y aún y así saber que, de vez en cuando, me escucha y sabe lo que me gustaría. Algo así como una sorpresa agradable, ¿sabéis? Un regalo no tan mierder como los últimos cuarenta, pero me da que nunca voy a saber lo que se siente.


¿Y vosotras también tenéis expertos en regalos mierder a vuestro lado? ¿Que truquitos usáis?


Hijotada del día:


- Mamá, ¡¡no pedo sacame el pie!!

- Pero que intentas... ¿Arrancarte el pie?

- Tí ¿Poque no pedo?

- Pues porque está pegado al cuerpo

- ¿Con pegamento?


¡Hasta la próxima amiguitas!