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Un viaje inolvidable -segunda parte-

¡Hola amiguitas!

En el último post nos habíamos quedado en cuando salimos del avión rebozados en vómito y creímos que serían los nervios del viaje... ¡Qué ilusos!


La verdad es que debo agradecer haber pasado la primera noche en un hotel, porque necesitábamos una ducha que, como descubriríamos al día siguiente, iba a ser la última en algunos días.

Llegamos al hotel arrastrando nuestras maletas desde el aeropuerto.


A absorvigirl, que es muy sibarita, esa noche le encantó más que ninguna otra. Lo suyo es la comodidad de un hotel, nada de la vida nómada y poco cómoda que íbamos a tener las dos siguientes semanas.


Esto que os voy a explicar que no salga de aquí, porque no se si es muy normal, pero ahí estábamos nosotros con nuestra maleta de ropa y después otra maleta de comida (que pesaba más que la de la ropa de los 4)

El primer momento de ver la autocaravana fue emocionante, pero la verdad es que estábamos cagaditos... Nunca habíamos estado en una, mucho menos conducirla y mucho menos por Escocia.

Cuando nos pusimos en marcha se fue toda la emoción del momento y solo quedó el cague y la tensión.

Estaba el hecho de conducir por la izquierda y en el asiento derecho un trasto tan grande y también que yo soy malísima entendiendo el GPS... Ya en la primera rotonda me confundí y acabamos yendo al revés de nuestra ruta y además sin gasolina...


Papadesquiciado gritando, yo gritando, ahí gritaba hasta el GPS, las niñas bien, a su bola. Al final llegamos a una gasolinera y no nos quedamos tirados, eso fue un punto importante.


De camino a Stirling fue igual de caótico, si yo no me confundía, él no entendía mis indicaciones, esto se repitió a lo largo de todo el viaje. Yo le decía recto y resulta que para que él me entendiese debía haberle dicho derecha, entonces la próxima vez le decía derecha y resultaba que esa vez le debía haber dicho recto. Os aseguro que eso fue lo peor, coger la autocaravana ya hacía que me pusiese súper tensa y os prometo que estaba atenta, pero no se que pasa que papadesquiciado y yo no nos entendemos en carretera. Quedan terminantemente prohibidos los viajes nómadas futuros.


Entrar dentro de la ciudad en la autocaravana fue... uffff... fue... ¡Eso sí que fue tenso! Papadesquiciado le dio a un par de retrovisores (sin percances) todo estaba muy estrecho y solo queríamos aparcar y olvidarnos de la autocaravana.


Allí en noviembre ya anochece pronto, a las 16.30h. Si estás en ciudad no importa, puedes salir y aún hay vida, gente y tiendas abiertas (además estaba todo ya decorado de Navidad) pero si te vas de ruta por la naturaleza (que es básicamente lo que hicimos nosotros) no puedes dormirte mucho en los laureles, o de un momento a otro ya no ves nada de nada, porque al estar casi siempre el cielo encapotado, no hay ni estrellas ni Luna para alumbrarte.


¿Os acordáis de los vómitos de las niñas del día anterior? No, definitivamente no eran nervios, porque esa noche caí yo...

Una gastroenteritis de narices, de las que te tienes que quedar encerrada en el lavabo sin ver la salida... Pero en un lavabo enano en el que nos habían dejado un cuarto de depósito de agua... Si os preguntáis si en la maleta de comida se me había ocurrido meter agua, pues os diré que no, que tan solo teníamos 2 botellas de litro y medio que habíamos conseguido comprar al llegar a stirling.


La noche fue de juzgado de guardia, y evidentemente TODOS dormimos en una sola cama... Menos romántico de lo que se espera de una luna de miel, imagino.

Pudimos aparcar relativamente cerca para pasar la noche.


Lo mejor de ir en autocaravana es no saber donde te levantas, y eso fue genial todos los días. Siempre había sorpresas recién levantados en cuanto al paraje y las vistas. Ese día lo primero que vimos de lejos fue el castillo de Stirling.


Tampoco encontrábamos donde comprar el líquido para tratar los residuos del water.

Cuando empezamos a parar en campings y todos nos decían lo mismo, que estaban cerrados por temporada, empezamos a estresarnos un poco... ¡Demasiado! TODOS CERRADOS POR TEMPORADA, TODOS... Ni nos dejaban dormir, ni rellenar agua, ni vaciarla, ni NADA.

Esa noche papadesquiciado cayó con la gastroenteritis. ¡No se libró nadie! Los virus no nos dieron tregua ni en nuestra luna de miel.

Consejito de viaje: si queréis comprar, el supermercado "tesco" es el más barato y tiene de todo y también nos encontramos un lidl en Fort william, además es de los únicos sitios allí que tiene un parking gratuito.

Habíamos llegado a callander, en una gasolinera nos dejaron llenar el agua, pero nada de liquido para el wc. También fuimos a ver el lago lomond y el parque nacional. Allí, mientras fregaba los cacharros nos dimos cuenta de que la autocaravana perdía agua. De la que llenábamos un 50% se perdía. Por fin habíamos conseguido llenar el depósito y, en menos de 3 horas, ya nos habíamos quedado sin nada de agua otra vez.

Volvió el stress, ¿Cómo solucionamos esto? ¿Qué le pasa? Venga a mirar vídeos de youtube, la calefacción tampoco la conseguíamos encender, papadesquiciado estaba insoportable, y yo sólo pensaba que ojalá estuviese en casa, que quien me había mandado a mi ir allí, y lo que es peor, casarme... Vamos, que recién casados y yo ya estaba deseando divorciarme.

Suerte que papadesquiciado es manitas y apañao' y descubrió qué le pasaba al agua. También conseguimos encender la calefacción con un tutorial. Lo se, pelín lerditos de autocaravanas él y yo.

En fin, que solucionamos el problema, pero la tensión continuó.


Por la noche nos quedamos sin gas... Y es que nos habían dejado la mitad de la botella... Nos pasamos el día siguiente buscando botellas de gas, que resulta que no vendían en las gasolineras de esa medida, y tampoco en los campings (que por cierto en uno nos dejaron vaciar aguas grises y negras y rellenar agua a un módico precio, y también nos vendieron el líquido para el wc, pero de dormir nanai)




Por fin llegamos a killin, un pueblo genial por cierto. Allí nos informaron de que las botellas de gas debíamos cambiarlas en un hardware store, es decir, una ferretería de toda la vida.






Consejito de viaje: coger una botella de gas de más en la ferretería, cuando se os gaste devolvéis la botella vacía en otra ferretería y os devuelven el dinero con el papelito que os harán rellenar. Así os aseguráis que no os quedáis sin gas. A nosotros no nos cabía otra botella y la llevamos en la ducha, con cojines y colchonetas alrededor para que no se moviese... Todo muy genial, ¿eh? Pero total, nunca podíamos llenar el agua del depósito, ¡pues mucho menos ducharnos!

Continuaremos el viaje de catastróficas desdichas en mi siguiente post. Prometo que será el último. La cosa solo podía mejorar, ¿No?

Ya me comentaréis que cosas habéis vivido vosotras en vuestros viajes.

¿Cómo va vuestro confinamiento bonitas? ¿Cómo pasáis el día y entretenéis a vuestras pequeñas bestiecillas? ¿Estáis animadas? ¿Qué será lo primero que hagáis cuando podáis salir a la calle? Muchos ánimos chicas, ¡todo saldrá bien!

Hijotada de hoy:


- Ojalá esto del coronavirus fuera un sueño...

- Sí cariño, ojalá, pero no te preocupes, todo pasará y saldrá bien.

- Ya, pero la gente se está volviendo loca. En el cole el otro día un niño nos gritaba a todos: ¨¡¡¡Corred, corred, que viene el coronavirus, está ahí!!!¨ y no era verdad mamá, solo era una hoja...


¡Hasta otra amiguitas!

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