Un viaje inolvidable -tercera parte-
¡Hola amiguitas!
Aún nos queda un poquito de viaje a Escocia por delante, pero ésta será la última parte.
Os quería avisar de que las falls of Dochart (cascadas) de killin resbalan y mucho. Os lo digo yo, que caí de culo, y estampé mi cabezota en una roca, con latigazo en el cuello incluido... Y eso que llevaba las botas de senderismo que no resbalaban... En fin... ¿Qué más podía pasar?
Recapitulemos:
- Solucionado el tema gas.
- Solucionado tema calefacción.
- Solucionado tema pérdida de agua.
- Solucionado tema rellenar agua (Descubrimos que en las gasolineras grandes casi siempre tenían grifo de agua potable y nos lo dejaban rellenar gratis, además compramos un montón de garrafas y botellas y no sobró ni una)
- Nos vamos acostumbrando a conducir por la izquierda un trasto tan grande.
Problemas sin solucionar:
- Problema de entender el GPS, eso no se solucionó nunca, y ya en casa seguimos sin solucionarlo.
- Qué hacer con niños a partir de las 16.30h en la autocaravana encerrados.
- Ropa sucia y nosotros sucios... Vaya, suciedad en general.
- La tensión en el ambiente.
Lo de entretener a las niñas y a nosotros mismos lo solucionamos dibujando, mucho, mucho, mucho y mucho. Podríamos haber empapelado la autocaravana entera por dentro y por fuera. También compramos manualidades y algún juego para entretenernos. Cenábamos pronto y nos acostábamos pronto. Además absorvigirl es muy fan de coger piedras, así que hacíamos súper colección de piedras y conchas y las pintábamos después. Las peleas entre ellas estaban ahí, porque es lo que hay, pero conseguimos sobrevivir y no volvernos del todo locos.
Nuestro viaje fue un antes y un después al entrar en la isla de skye y pasar la noche, por fin, en un camping. Nada más entrar preguntamos:
- ¿Podemos ducharnos? ¿Podemos lavar la ropa?
Sí y sí, ¡Nos hacían chiribitas los ojos! ¡YUJU! Lo único malo (no para nosotros, sino para los pobres trabajadores del camping) era que la colada nos la debían hacer ellos y ahí había una bolsa de basura llena de ropa, alguna vomitada del primer día en el avión, otra de algún mareo de minilapagirl en la ruta, algún pipí de absorvigirl también, manchada de barro y de suciedad en general que yo había frotado con jabón en la pica del lavabo, pero sin demasiado éxito (ya sabéis que no teníamos agua y no pude hacer milagros con toda esa guarrada de ropa)
La verdad es que me dio un poco de vergüenza, pero cuando nos la trajeron oliendo a rosas, nosotros limpitos y relajados, en un sitio seguro con electricidad, pudiendo vaciar sin problema aguas grises y negras y rellenando el agua del depósito de la autocaravana fue gloria bendita.
Ya os digo, un antes y un después. Ahora empezamos a disfrutar.
No había pueblos grandes, así que no me perdía con el GPS, las carreteras son pequeñas y estrechas, pero hay muchísimos apartaderos y la naturaleza era increíble. La recorrimos entera e hicimos todas las rutas de senderismo imaginables. Ahí empezamos a querernos un poco de nuevo y volví a alegrarme de la decisión de casarme. Dejó de ser un papasúperdesquiciado y volvió a ser un papadesquiciado a secas.
Tengo que reconocer que en aquel viaje compramos más de un paquete de tabaco. Habíamos dejado de fumar tiempo atrás y allí volvimos... Por suerte llegamos a casa sin un solo cigarro y así hemos continuado, sin tabaco en nuestras vidas. Pero sí, en aquel viaje fumamos de nuevo.
Ya no solo fue la tensión en general, es que fumar nos proporcionaba una buena excusa para salir de la autocaravana cada vez que queríamos o subía el nivel de locura.
Tomarte el café de la mañana al aire libre en cualquier rincón, parar donde te apetezca, visitar mil sitios en un día sin tener un horario que cumplir, son solo algunas de las delicias de llevar una autocaravana.
Cuando nos despedimos de ella lloramos todos, aunque al principio solo quisiéramos perderla de vista.
La noche en el aeropuerto fue muy, muy dura... Las niñas dormían a ratos, papadesquiciado y yo manteniéndonos despiertos, con un frío que creí que me moría y sufriendo cada vez que las niñas se despertaban y empezaban a correr o gritar mientras todo estaba silencioso y la gente intentaba dormir.
Luego estaba el lado contrario, cuando las niñas dormían y llegaba un grupo a recibir a alguien, gritaban y nos las despertaban. Fue un poco pesadilla, pero por lo menos no hubo vómitos en el avión.
Vivimos mil aventuras geniales y también muchas cosas no tan geniales, pero al final salimos reforzados. Aunque cuando llegamos a casa y la gente nos preguntó que tal fue nuestra luna de miel, mi respuesta siempre era : "Muy bien, casi le pido el divorcio..."
Desde luego mi principal consejito de viaje sería llevar unas grandes libretas de papel y muchos colores en la maleta de la comida.
¿Os ha gustado nuestro viaje? ¿Habéis vivido algo similar? Si queréis saber algo más tan solo tenéis que suscribiros, dejarme un comentario y yo os contestaré tan pronto como pueda hacerlo.
Hijotada de hoy:
Un día me encontré a absorvigirl súper concentrada mirando sus manos, pies, piernas... Cuando de golpe escucho que se dice a sí misma:
- Me darían ganas de no tener ni cabeza ni cuerpo, solo piernas...
¡Hasta la próxima amiguitas!